Noticias

Una recreación del misterio del Soberano, en el cartel de la Semana Santa 2014

El Señor acompañado de Caifás, un soldado, Anás y José de Arimatea, tal y como procesionan en el paso cada Miércoles Santo, pero trasladados y ubicados en la casa de Caifás. Esa es la idea que resume el cartel de la Semana Santa de Alcalá de 2014.

Pero sin duda, por lo que pasará a la historia la noche de ayer, -amén de por ser la primera vez en la que la cofradía de Pablo VI protagonizaba el cartel- será por el espectacular acto de presentación que se realizó en la Parroquia de San Mateo.

Junto a un telón de fondo -forillo en el argot teatral- en el altar mayor de la Iglesia, y con el que nos trasladábamos a la casa de Caifás, aparecían también las jamugas en las que se sentaban los sumos pontífices, elementos que en un primer momento desconcertaban a los presentes, pero que cobrarían todo el sentido conforme avanzaba el acto. Y es que, tras unas palabras de reflexión sobre Jesús, a cargo del presentador del cartel, Francisco José Torres, comenzó una representación teatral por el grupo teatral Farándula Don Bosco, de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos de la Trinidad de Sevilla.

En un momento los presentes se vieron transportados a los momentos previos a la captura de Jesús, con Caifás y los sumos sacerdotes interrogando a Judas, y al propio juicio religioso, incluyendo a un Jesús Nazareno escoltado por dos romanos. Tras la representación de este fragmento de la Pasión de Cristo, exactamente el que representa el misterio del Señor del Soberano Poder, y con una iglesia en total penumbra, se descubrió el cartel, iluminado únicamente con un haz de luz.

El cartel, obra del pintor Antonio Florencio, representa el misterio del Soberano Poder, ni más ni menos, aunque el pintor se permite la licencia de trasladar la escena a lo que sería la casa de Caifás, lugar en el que el sumo sacerdote lo interrogó, y donde Jesús pronunciaría las palabras que dan sentido a esta cofradía desde sus inicios: «Ego Sum».

Cabe decir que estamos ante un cuadro que no representa los cánones típicos de los carteles de Semana Santa, al menos si lo comparamos con los que se realizan en otras ciudades, ya que huye del barroco propio de estas obras, un estilo que si bien, pese a todo, no es el que se ha seguido habitualmente para las pinturas alcalareñas.

En definitiva, la de ayer fue una noche que los hermanos del Soberano Poder anotarán con letras de oro en su particular libro de la historia, tanto por protagonizar el cartel como por el acto conseguido. Respecto a éste, el debate está servido, la innovación ha llegado a límites insospechados. Difícil tarea tiene por delante quien busque sorprender en años venideros.