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Una mirada a la Semana Santa de 2023 | Por Fernando Casal

Pasadas dos semana ya de la Semana Santa, degustándola y recordándola con nostalgia… ¿Podríamos calificar la Semana Santa de 2023 como la mejor de la historia? Sería desde luego una osadía. Pero si no lo es, al menos es la más completa de la época moderna. Si quieren acotar más, la mejor del siglos XXI. Diez cofradías de penitencia han podido completar sus estaciones con una riqueza patrimonial que en nada se parece, por ejemplo, a la de mediados de los 90. Y lo que es mejor: en pocos años podremos decir que las venideras serán mejor que la pasada. Porque la pujanza de nuestras cofradías es más que notable y palpable. Se terminarán los proyectos que están realizándose y se pondrán otros en marcha, y parece que casi todos con el ánimo de mejorar y aportar al conjunto de la Semana Santa. Sí, parece que esta de 2023 ha podido ser la mejor de la que tenemos memoria.

A pesar de estar a pocos kilómetros de esa supernova brillantísima que es la Semana Santa de Sevilla que todo lo devora y ensombrece, la de Alcalá crece y lo hace con fuerza. Hay luces y sombras como es normal. Ha habido una participación de público como no se recordaba. Se consolida la carrera oficial aunque hay que seguir limando detalles. Las cofradías han puesto lo mejor de sí misma para desde cada una hacer un conjunto que nos coloca en el top provincial. Nos falta el entorno, eso sí. Demasiados solares, casas abandonadas, cables descolgados, la valla de Aira en la Plazuela… ya sabemos que tapa un solar aún más feo, pero en esta semana unas fotografías del castillo o el monumento natural sirve para hacer publicidad de la “Alcalá en Marcha” igual y queda más decoroso.  No tenemos un casco urbano lo que se dice bonito. Por eso y a pesar de las controversias, la opinión es libre,  la calle la Mina ha ganado en calidez para las cofradías, a ver lo que dura. Por cierto y hablando de Aira, que una cosa no quita la otra, trabajazo el de la empresa municipal en la limpieza del centro y recorrido de las hermandades. Chapó. Ha sido inexplicable el cierre de bares en días claves (tomarse un café en la Madrugá ha sido casi imposible) y este año que se resolvió el acompañamiento policial en puntos claves no hemos visto efectivos de la Cruz Roja. Y créanme que he visto mucha Semana Santa. Por cierto, las retransmisiones de Vivamóvil, bien, aunque el Domingo de Ramos no estuvo a la altura de la jornada ni de la Semana Santa , las cosas del directo (pescozón para el que firma y tomo “güena” nota). Y en el apartado de sombras… bueno, me meto en el charco, algunos cofrades alcalareños que opinan de casi todo, que no se han dignado a ver alguna de las cofradías de su ciudad, la suya y porque salen, otros no están ni se les esperan… Toda la vida hemos ido a ver cofradías a Sevilla y hemos podido sacar tiempo para ver antes o después las cofradías de Alcalá. Ellos sabrán lo que ganan y lo que se pierden.

Permítanme que me salte el Domingo de Ramos aunque lo tenga visto y revisto a través de la televisión. El Domingo de Ramos tiene la anomalía que supone para la Semana Santa hacer una carrera oficial incompleta (Borriquita) o en sentido contrario (Rosario). No tengo la fórmula, pero estoy seguro que pensando la jornada como conjunto se podría resolver y que ambas cofradías salieran ganando. Sería ponerle la guinda a una jornada que ha crecido de manera exponencial y que tiene tanto peso como es la inaugural. Dos nuevas Juntas de Gobierno tienen la oportunidad junto al Consejo en los próximos años de ver si esto es factible. Dos cofradías muy distintas y con personalidad que se complementan perfectamente y engrandecen una jornada tan especial como la del Domingo de Ramos. Este año en San Sebastián hubo saludos de capirotes rojos y negros tras constatar un cruce perfecto.

Los usuarios de las sillas ovacionan a la cruz de guía de la Tercera Palabra que cruzaba por primera vez la Carrera Oficial
Lunes Santo histórico, Martes ansiado

Tras la prueba de fuego que supuso el Vía Crucis de las Hermandades, apenas una semana antes, la hermandad de la Tercera Palabra vivía con intensidad lo que iba a ser un Lunes Santo histórico. Ya lo fue el de 2022 pero con un desenlace no deseado. El de 2023 iba a ser completo. Así lo anunciaba un sol resplandeciente que lucía pero sin apretar en demasía con la temperatura. Hasta el puente el contraste de lo que se vio el año anterior con lo del presente. Pero al cruzarlo y girar hacia San Francisco  se ponía de nuevo a contar el reloj de las primeras veces. El ritmo de la cofradía fue ejemplar y ganó el centro de la ciudad con bastantes minutos de antelación. El misterio lucía en todo su esplendor y para sorpresa de muchos, el pueblo de Alcalá se echó a la calle masivamente para arropar la hermandad. Si no había costumbre de Lunes Santo habrá que hacerla desde el primer momento. Apuesta arriesgada la de los hermanos de San Miguel que han ganado en tan solo dos años. La calle conde de Guadalhorce, Salvadores en alcalareño, y tal como ocurriera 6 días antes, iba a ser difícil. En esta ocasión más por las alturas que por la anchura. Entre las dificultades y el querer llegar en hora la cofradía pasó del adelanto al retraso horario. Pero poco importaban los relojes. Desde La Plazuela a Cervantes un gentío esperaba expectante la llegada de la nueva cofradía. Tras el saludo protocolario al palquillo y al ponerse en marcha la cruz de guía una ovación cerrada reconocía el esfuerzo de esta Hermandad de la Tercera Palabra. Emocionante y emotiva. Ahí quedaba compendiada la espera de casi 4 años para poner su cofradía en el corazón de la ciudad. El Señor se plantó con clase y poderío perfectamente acompañado de la Banda del Sol. Y si había que disipar dudas, un puente de nuevo abarrotado despedía a la cofradía de vuelta a su barrio. Que mérito el de estos hermanos. Santa María y San Miguel parece alejada incluso del barrio más antiguo de la otra orilla. Subida perfecta de la interminable Santo Domingo de Guzmán e impecable el cortejo a la llegada a su parroquia tras atravesar su barrio. Lunes Santo para el recuerdo y la memoria. Una Hermandad que ofreció lo mejor de sí misma con el soberbio crucificado de San Miguel y el maravilloso misterio que lo acompaña. Bravo.

En la Inmaculada la mañana del Martes Santo era de nervios y alegría. Cuatro años después nada iba a interponerse entre la parroquia y el convento. La impaciencia era evidente. Los hermanos del Perdón parecían querer beberse a grandes tragos la mañana del Martes Santo para que fuera ya la hora. Cuatro años. Y así muy pronto empezaron a converger las capas marrones sobre la túnica negra, antes de lo habitual. Lo dicho. Impaciencia. Aire franciscano con ganas de rendir visita y estación de penitencia a las Madres Pobres de Santa Clara. Magnífico el paso de Cristo. Canasto dorado sobre una talla extraordinaria. Parece que la hermandad va a volcar en los próximos años sus esfuerzos en él con la tranquilidad de haber marcado la línea maestra en un soberbio palio para la Virgen de las Angustias que lucía esplendorosa con esas bambalinas delanteras y traseras totalmente terminadas. Esta ya no es el palio de… este es el palio de las Angustias. Y así la hermandad estrenó también su nuevo recorrido. A falta de ajustar quizás algunas referencias horarias, al fin y al cabo se trabajaba sobre el papel, el recorrido parece que ha sido un acierto. Sobre todo en la vuelta. Tras los emocionantes y esperados momentos en la calle Centeno, impresionante petalada, donde se sucedieron las marchas y la saetas, parecía mucho más lógico acortar la vuelta a la parroquia con la tranquilidad de haber visitado ya su barrio histórico nada más salir. El paso por carrera oficial fue medido y elegante y como siempre las inmediaciones del convento a rebosar para revivir el reencuentro de la hermandad con las Clarisas. Brillante estación de penitencia de la Hermandad del Perdón. Entre sus muchos estrenos, el hermano mayor, David Picazo, que por fin podía presidir la cofradía tras llegar al cargo en 2020.

 

El Soberano Poder estrenaba recorrido de ida por el barrio de Pablo VI
Complementos perfectos

La jornada bisagra de la Semana Santa aúna el ímpetu de la juventud de una hermandad como el Soberano con la experiencia y solera de la del Cautivo. Por eso la mañana del miércoles santo fue multitudinaria tanto en San Mateo como en San Sebastián. Olía a jornada de las grandes. Cierto nerviosismo en el Soberano Poder a sabiendas de afrontar un cambio de recorrido, no exento de polémica provocada por polemistas que poco o nada saben de cofradías. La hermandad había trabajado el recorrido mirando por lo fundamental, sus nazarenos, casi todos muy jóvenes ¿No es Pablo VI Esperanza Macarena y sus aledañas? ¿ No es el barrio del Soberano, la Plaza Madre de Dios, Princesa Sofía o Valle de la Palma? Gracias a Dios, al Señor del Soberano Poder, la vida real esta muy por encima de las redes sociales donde cada uno puede verter su opinión o ignorancia a partes iguales. Porque la conclusión de todo esto es que la hermandad salió ganando, el día salió ganando, ganó la Semana Santa y ganó con ello Alcalá. Desde ahora y hasta el próximo Miércoles Santo fíjense si hay tiempo de ver al Señor en la capilla del Sagrario. Es verdad que no se puede ver en el portentoso paso que está concluyendo la Hermandad. Que gran acierto devolver todo su ser al Señor con las potencias. Maravilloso. Preciosa la Virgen de la Caridad con arriesgado pero lucido exorno floral. Y aún más bonita con el sol poniente de la tarde cruzando por el Parque Centro. Brillante paso por la carrera oficial. Y a decir de sus hermanos nazarenos, que es la opinión que realmente importa, una vuelta mucho más aliviada que deja al personal con ganas, muchas ganas de volver a repetir y estar como nazareno al lado del Señor y de la Madre del Soberano.

Brillante el atavío de la Virgen de la Esperanza por Javi Portillo -que sustituyó a última hora a Martín Santoja-

En el caso del Cautivo parece que todo se desbordaba. Las flores en ramos que llevaron a la Esperanza y las flores que luego le lloverían en distintas petaladas. Se desbordaban los nazarenos – la hermandad anunció nuevos tramos tan solo unos días antes de la Semana Santa- se desbordaron las emociones con las saetas de Rocío la Serrano (que le cantaría a la Macarena en la madrugá) y se desbordó el público, que en los lugares de siempre, esperaba masivamente a la cofradía. Brillante el atavío de la Virgen de la Esperanza por Javi Portillo -que sustituyó a última hora a Martín Santoja- y que tras la Semana Santa se ha convertido en el vestidor de Nuestra Señora de la Esperanza y María Santísima de los Dolores. Acierto de la Junta que preside Juan Carlos Navarro que se estrenaba como hermano mayor. Tras un Miércoles Santo excepcional la cofradía quería poner un broche de oro a la la altura de la jornada. Magnífica interpretación de los Oboes de Gabriel por parte de la banda de la Redención que culminaba una actuación sobresaliente y que se retiró ovacionada por el público que a las 1:30 abarrotaba la entrada de la cofradía. No menos fue la Agrupación Musical Algabeña que acompañó en su entrada a la Esperanza con el Ave María de Vavilov (conocido como de Caccini) que abrochaba de manera brillante una jornada inolvidable que cruzaba el ecuador de la Semana Santa.

 

La Judea revolea la bandera frente al Cristo de la Bondad por primera vez
La Semana Santa de siempre

El Jueves Santo pasa desde bien temprano por la casa de Hermandad de Jesús con la salida de los Judíos. Alegra ver que a pesar de todas las circunstancias, muchas de ellas adversas,  la Judea de Alcalá (Premio Demófilo en 2022)  sigue siendo un signo de identidad alcalareña y es seguida por cientos de personas. Este año la Hermandad, siendo consciente de ese legado, autorizó que de nuevo los judíos de Jesús visitaran los barrios y las parroquias alcalareñas. Comenzando este año por San Agustín que a las 10:30 tenía un aspecto que recordaba al Domingo de Ramos si no fuera por la cera desgastadas de ambos pasos. Emotiva visita seguida por cientos de alcalareños que fueron en pos de los judíos por la calle Santander para visitar la vieja barriada Agustín Alcalá. Lagrimas de emoción entro los más veteranos. Y una iniciativa que debe repetirse en años venideros por los barrios y parroquias.

Entre tanto el gentío comenzaba a acumularse tanto en San Sebastián como en Santiago. Jueves Santo reluciente más que el sol y el ambiente que recordaba lo mejor de nuestra historia. Precioso el ambiente en la calle Herreros con las petaleras preparando las flores para la mañana siguiente. San Sebastián abarrotada para ver los magníficos pasos de la Amargura ya dispuestos.

La tarde se torna en sosiego y descanso para lo que viene, mientras hay repique de campana llamando a los solemnes oficios de la jornada. En la Amargura viven desde bien pronto la jornada más grande y tras dejar al Señor en el Monumento comienzan los preparativos de una estación de penitencia anclada en el clasicismo. Siempre igual siempre distinta. Acierto mayúsculo en dotar al Señor de todos sus atributos- corona de espina y potencias y que la Virgen luciera la imponente corona de Seco Velasco. Esa es la Amargura de siempre. Salida clásica donde las haya con ese giro hacia la calle Cristo del Amor. Ambiente magnífico sin grandes apreturas. Repertorio cuidado y la Banda de Alcalá que comenzaba su triplete de una manera brillante. Como siempre la hermandad cumplió con sus horarios de manera escrupulosa con momentos de extrema belleza como el giro de la Mina con Herreros, el de Herreros con la Cañá o el tránsito por la calle Pérez Galdós, un momento de los preferidos para los cofrades alcalareños mientras ya se ven túnicas negras camino de Santiago.

Como decimos, se concatenan los últimos momentos del Jueves Santo con los primero de la Madrugada. Desde muy pronto comienza a llenarse el Derribo y los aledaños de Santiago para entrar en el espacio histórico de la Semana Santa de Alcalá. Poco antes de las 2 la Judea hace acto de presencia para cumplimentar el rito y a las dos de la madrugada los aldabonazos que ponen el inicio a la noche más hermosa.  Sale la cofradía despacio. Este año es “noche larga”. Las claritas del día son alrededor de las 7:15 h. y no se puede ir demasiado holgado. Este tipo de madrugadas van de menos a más. Comienzan muy despacio para poco a poco ir cogiendo un mayor ritmo. Aún así es muy meritorio lo del cuerpo de nazarenos de Jesús. El Señor, este año con túnica lisa, salió en torno a las 2:20 h. desde muy pronto las saetas una detrás de otra y el primer revoleo a la altura de Herreros. Se van cumpliendo los ritos. Y así durante toda la noche. Paso largo y racheado. Menudo y cortito el de San Juan. Elegante y clásico el de la Virgen del Socorro. Hermosísima. En torno a las 7 de la mañana, cumpliendo lo que dice la saeta: “Un puente sobre otro puente/ hay un amargo camino/donde se agolpa la gente/ pa´ ver prender al Divino y acompañarlo en su muerte” los aledaños del puente están abarrotados para estar presente un año más en el prendimiento. Y del puente al Calvario y de nuevo Alcalá se enrosca sobre ella misma para desde los ochenta mil habitantes convertirse en pueblo un año más y anclarse a sus raíces y tradición.  Y Jesús se encuentra con San Juan, y San Juan le da el parte a María y María dando un grito fuerte se pregunta “cual de los tres es mi hijo que no lo conozco yo”. Todo es como siempre, evolucionando pero manteniendo la esencia que vieron nuestros antepasados. A partir de ahí todo se acelera y la cofradía regresa presta a Santiago. Parece que la mañana recupera público con respecto a los últimos años. De nuevo se aprietan las filas hasta casi el Peregil mientras que Herreros es un gentío que aclama a la cofradía de vuelta. La Virgen del Socorro vuelve triunfante tras la larga noche, colmada de vítores y pétalos de alabanza. Los judíos se hincaron de rodillas cuando Jesús se despide de Alcalá y San Juan volvió imperceptible. Se acaba la mañana del Viernes Santo con el regusto de una madrugada inolvidable mientras los pidones del Santo Entierro se convierten en pregoneros de la tarde que está por llegar…

La singularidad de la cofradía del Santo Entierro hace que sea una delicia verla desde el principio hasta el final

La tradición y la costumbre se siguen dando la mano en la tarde del Viernes Santo. Al menos quedan dos generaciones por delante que recuerdan y recordarán siempre lo que significaba la tarde del Viernes Santo en Alcalá. Y eso se traduce en un enorme gentío que baja a ver la cofradía del Santo Entierro. La singularidad de la misma hace que sea una delicia verla desde el principio hasta el final. Desde el campana hasta el último músico de la banda de Alcalá. Da sosiego y alegría ver cómo se ha transformado la cofradía tras casi 10 años de comisionado. Pero también una cierta nostalgia y tristeza porque se perdió mucha masa social por el camino. No es que le haga especialmente falta desde luego, pero uno recuerda las filas interminables de nazarenos de capirote morado y contrasta con una cofradía que en algunos tramos escasea más de lo que debiera. Aún así es irreprochable el esfuerzo de la Hermandad por conservar su esencia y cuidar sus elementos singulares como el Sacro Misterio o la cohorte romana cada vez más seria y nutrida. También de su patrimonio. El costero izquierdo salió inconcluso debido a la dificultad técnica de la restauración que está llevando la alcalareña Ana Galiano. Estreno más que notable de Kisko y Juan Martín en el paso de Cristo como capataces, ahora viene la dificultad de darle continuidad a las buenas sensaciones generadas. El regreso fue mucho más ágil y la calle Mairena se llenó acompañando la vuelta de la cofradía que cerró de manera brillante y solemne un Viernes Santo para el recuerdo.

 

El final de una semana inolvidable

Y se completó la Semana Santa de 2023 con la cofradía de la Divina Misericordia. Una cofradía que no deja de aportar cosas muy positivas a pesar de los hándicap que se encuentra y que tiene que estudiar la manera de sortear. La tarde del Sábado Santo va de menos a más, y este años con todos los elementos en contra por la celebración del Santo Entierro Grande a tan pocos kilómetros, la cofradía de la Misericordia mantuvo su cortejo de nazarenos, no tuvo problemas de costaleros y además tuvo más público que nunca en sitios como la carrera oficial o Cervantes. La vuelta por Corachas, Fernán Gutiérrez y Santiago es un valor seguro. Magnífica la talla del paso que sigue avanzando poco a poco pero con unas expectativas altísimas. Debería hacerse costumbre tocar la puerta de Santiago y pedir salud para que en los años venideros podamos vivir una Semana Santa parecida a la de 2023.

Volviendo al principio. Se completó una Semana Santa donde por primera vez desde 2017 completaron sus estaciones de penitencia las 10 cofradías de nuestra ciudad – en 2017 había 9 y se estrenaba la Divina Misericordia como tal-. Con el paso de los días según se vayan celebrando los cabildos de revisión, sacaremos este o aquel detalle a mejorar, en la organización, en la estética, en el fondo o en la forma… Eso es lo importante. Quedarnos con el regusto de una Semana Santa irrepetible pero que puede seguir creciendo y mejorando.