Noticias

Nuestro primer mayo – (De los jóvenes del Dulce Nombre)

Así es, la virgen quiso bendecir de nuevo a esta querida Hermandad. Quien lo diría, ella cumple años y en vez de recibir regalos ella prefiere darlos a su Hermandad. Hace 25 años, cuando nuestra Madre cumplía 50 años quiso regalarle un grupo de jóvenes que formaron el coro de nuestra querida Hermandad, un gran coro reconocido en muchos lugares y cuyo trabajo ha sido y es inmenso por su Hermandad; y este año cuando ella cumple 75 años desde que las manos de Manuel Pineda Calderón tallaran ese dulce rostro, esas bellas manos, ese divino niño…

ha querido hacerle un nuevo regalo, un nutrido grupo de jóvenes que han formado un Grupo Joven con ciertas características un tanto peculiares como lo es un gran enfoque a lo que proclama su Hermandad entre sus títulos y que trabaja los 365 días del año, el ejercicio de la Caridad.

Y para nosotros ¿Cómo podríamos describir este nuestro primer mayo? Pues difícilmente podríamos describirlo pues el problema es que aún no nos lo creemos. Ha sido un mayo tan especial, tan intenso, cargado de tantos sentimientos y tantas emociones que aun no se encuentra la palabra exacta con la que podamos describir este mes.

Desde los primeros momentos con la subida al altar mayor de nuestra bendita Madre,  seguida de un Quinario y Función Principal, los jóvenes han participado activamente en el desarrollo de los mismos.

Pero la semana siguiente a éstos, los días previos a su Salida Procesional, estaban ya aquí; y aún quedaba mucho, aunque éramos muchas manos quedaba mucho por hacer aún. Una semana de tardes de casa de Hermandad, una semana de tardes de risas, de duro trabajo, de calor y de algo muy importante, de unión, de hacer Hermandad, y no solo entre nosotros sino hacia fuera pues tuvimos el honor de contar con la ayuda, apoyo y trabajo del Grupo Joven de la Borriquita durante toda esa semana de trabajo. Gracias compañeros si nosotros dicen que llevamos como bandera a la Reina de la Caridad vosotros lleváis por bandera a vuestro Padre de la Bondad.

Y llegó el día soñado, era la hora de que esos meses de trabajo, de las horas de corte, costura, montaje, confección…. fueran colocadas en las calles para engalanarlas para el paso de nuestra Madre. Ya estaba todo listo pero comenzaban los problemas. El tiempo dio un vuelco a como días atrás se encontraba, fuertes azotes de vientos entorpecían la colocación de la decoración, tras nueve horas de trabajo, siendo la una y media de la madrugada, el cansancio nublaba la mente a pensar y el viento iba desmontando tras nosotros lo que íbamos colocando. La ilusión caía, el esfuerzo lo veíamos en vano, así que decidimos cesar el trabajo y esperar a ver que se mantenía para el día siguiente.

Pasada la noche y una vez habíamos descansado algunas horas llegaban mensajes de cómo se encontraba la decoración de las calles, casi todo había caído pero ¿podíamos dejarlo así? ¿Debíamos retirar todo y que el esfuerzo no nuestro sino de nuestros amigos y compañeros quedara en vano? No, no podía ser así. Así que de nuevo nos vinimos arriba y de nuevo nos echamos a las calles a trabajar, no estaría todo como en un principio pensamos, no habría tantas cosas como habíamos elaborado, pero sabíamos que Ella conocía el trabajo y el esfuerzo realizado. Y así fue, con varias horas más de trabajo conseguimos reconstruir parte del decoro. No habría banderitas en las calles La Plata y San Sebastián pero conseguimos recuperar los gallardetes de dichas calles así como los de la Plazuela, Plaza Cervantes y Pérez Galdós, así como también reconstruir casi al completo el cielo de flores de papel de seda de la Calle Pérez Galdós.

Y llegó la tarde. Cohetes al cielo anunciaban la salida de nuestra Madre. Ya estaban todos preparados en la parroquia, los niños de comunión, angelitos y monaguillos, representaciones de Hermandades, acólitos…. y con su normal puntualidad comenzó a discurrir el cortejo por la lonja de la parroquia. Rayos de sol bendijeron el rostro de la Santísima Virgen cuando cruzaba el dintel de la puerta de San Sebastián, pero a los pocos minutos de salir nuestra Madre comenzaron a caer pequeñas gotitas de agua. Con ello el susto nos invadió por completo pues en ese momento se encontraba entrando en calle San Sebastián y sus jóvenes se encontraban con las palomas y sus ofrenda floral dispuesta en sus manos,  ¿Qué ocurriría? Al parecer ella quiso continuar su discurrir y no perderse ese momento así que las gotas cesaron y con flores y el vuelo de blancas palomas sus jóvenes dieron Gracias a la virgen y pidieron por aquello que más necesitaban en dicho momento y agradecieron por todo lo vivido en este mayo, que no fue poco.

Junto a ese momento se repitió otro muy especial en el que nosotros y amigos y compañeros que habían trabajado junto a nosotros lanzamos esa petalá, que ya es tradición pero que este año se había visto incrementada, bajo toda la decoración instalada en la calle Pérez Galdós. Salían solas las lágrimas de emoción, salían solos los vivas a nuestra Madre, salían solas las oraciones…

Por último y como dice el refrán, es de bien nacidos ser agradecidos, simplemente decir gracias, todas aquellas personas a quien agradecemos tanto lo saben así que solo queremos agradece una vez más la colaboración, ayuda y apoyo que hemos recibido de todos. Pero sobre todo agradecer a Ella, a nuestra Madre del Dulce Nombre pues todo este trabajo es por y para Ella en agradecimiento a todas las fuerzas que nos brinda durante el año para abordar todos los proyectos y actividades que realizamos en su nombre.

Grupo Joven de la Hermandad del Dulce Nombre