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La magia inunda Santiago en el concierto de órgano de Ana Aguado

El pasado 1 de mayo, en la Iglesia de Santiago el Mayor, la Asociación Amigos del Órgano de Alcalá de Guadaíra, organizó un magnífico concierto de la organista y profesora Ana Aguado, en el magnífico órgano romántico escocés, instalado en esta Iglesia alcalareña.

Este órgano fue construido en 1870 por el organero escocés Peter Conacher y en 2015 fue desmontado en la Iglesia Metodista Riverside de Blairgowrie (Escocia), trasladado, montado y afinado en la Iglesia alcalareña, donde finalmente el 6 de marzo de 2016 sería bendecido por el sacerdote D. Manuel María Roldán Roses, cura párroco de la de Santiago, conforme al antiguo Rito Romano de Bendición de Órganos. Tras el despertar del órgano a las invocaciones para entonar la alabanza de Dios, al Hijo Resucitado, al Espíritu Santo, a María (Madre de Jesús), música de exequias y música de alabanza a Dios Uno y Trino, el reputado organista Andrés Cea Galán, director de la Academia de Órgano de Andalucía, interpretó un completo programa con obras de los siglos XVIII, XIX y XX, de John Bennet, William Walond, Edwarg Elgar, Johannes Brahms y Eduardo Torres.

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Desde entonces, todos los domingos por la tarde, el organista Francisco Miguel Ruiz Cabello toca el órgano en la Eucaristía. Asimismo, también se toca en los actos litúrgicos de las Hermandades de la Parroquia de Santiago, actuando de organista Francisco Miguel o el Reverendo Manuel Ángel Cano Muñoz. Por ejemplo, fue impresionante durante la salida procesional de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de María Santísima del Socorro, el sonido prodigioso del órgano con la Coral Polifónica de Nuestro Padre Jesús Nazareno cantándole. Las varias miles de personas que se agolpaban en la plaza estaban extasiadas, ante un acontecimiento nuevo y singular. De hecho, hasta que no salió Jesús y terminó la primera chicotá del Paso, el silencio era sepulcral, solo roto para un aplauso espontáneo y duradero, seguido por un profundo silencio.
En esta ocasión, Ana Aguado, profesora de órgano del Conservatorio Superior de Málaga y directora y profesora de la Escuela Provincial de Órgano de Palencia, ha ofrecido un concierto en el que también interpretó obras de los siglos XVIII a XX.

El concierto fue espectacular por la genialidad de la interpretación y la magnífica organización. Existió una sincronía absoluta entre la organista y sus ayudantes (una profesora de guitarra y otra profesora de piano) que mientras Ana Aguado ejecutaba las laboriosas piezas musicales, ellas accionaban los registros e iban pasando las partituras. A su vez la realización fue excelente y permitió al público asistente ver mediante una pantalla gigante no sólo la evolución de las manos en los teclados y los movimientos de los pies en el pedalero, sino también el funcionamiento de la mecánica del órgano desde su interior, algo que ni siquiera podían imaginar.

Se produjo una simbiosis entre la iglesia, el órgano, la organista, el compositor, la música, y los oyentes. Todos eran algo único y singular; se vivieron momentos mágicos, en los que cierras los ojos y te transportas a otra época.

Los conciertos organizados por la Asociación Amigos del Órgano de Alcalá de Guadaíra son acontecimientos culturales de primer nivel y se caracterizan por su perfecta organización en un marco incomparable: la Iglesia de Santiago el Mayor. Seguramente estos conciertos acabarán convirtiéndose en una seña de identidad de Alcalá de Guadaíra.

Organo_Santiago (4)Ana Aguado, que dio las gracias al público por su asistencia, explicó el programa que iba a interpretar, con el deseo de que gustara a los allí asistentes. En primer lugar interpretó el “Preludio y Fuga en Mi bemol Mayor BWV 552” de Johann Sebastian Bach. Una obra barroca para solaz del alma, que constituye el principio y el fin de la colección “Clavier – Úbung III”. Se trata de una pieza musical de quien está considerado por muchos el compositor más grande de todos los tiempos, en la que destaca su profundidad intelectual, su perfección técnica y su belleza artística.

A continuación pasó de la música barroca a la música romántica, interpretando la Sonata V, Op. 65 Andante, Andante con Moto y Allegro, del compositor y organista Félix Mendelssohn, uno de los músicos más destacados e influyentes del romanticismo, con claras influencias de Bach. En esta obra fue pasando del ritmo lento del Andante, entre Adagio y Moderato, un poco más vivo con el Andante con Moto, hasta llegar a la viveza del Allegro, donde se pudo observar las evoluciones de las manos en los teclados, con el incesante pedaleo.

Continuó con una obra del compositor y organista ciego, William Wolstenholme; concretamente con el estilo melódico y expresivo de la Romanza Op. 17 nº 1, un fragmento musical de carácter sentimental escrito para órgano.

Seguidamente, Ana Aguado introdujo una pequeña modificación en el programa e interpretó una coral para órgano de Johannes Brahms, en concreto la conocida Es ist ein Ros’entsprungen, y lo continuó con el Basso Ostinato de la obra “Diez piezas para órgano”, Op. 69 compuesta en 1903 por el alemán Max Reger, de quien Schoenberg decía “creo que es un genio”. Para Reger el comienzo y el final de toda la música es Bach. Por eso es la figura principal del movimiento de “Retorno a Bach”.

Finalizó su intervención con un autor que le es bien conocido, Charles-Marie Widor, pues no en vano su Proyecto Final de carrera se titulaba “Widor y la escuela organística francesa del siglo XIX”. De Widor, compositor y organista francés célebre por sus diez sinfonías para órgano, interpretó de su Sinfonía V, Op. 42, el movimiento IV. Adagio y finalizó con el movimiento que constituye su pieza más conocida: V. Toccata.

Al final, la ovación cerrada y duradera, hizo que la organista obsequiara al público con la prodigiosa interpretación de la Segunda Sonata de Mendelssohn en Re Mayor: sencillamente sublime.

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Como dijo, el gran melómano alcalareño Antonio Copete, la sencillez de la organista, contrastaba con la energía y maestría al teclado, con una ejecución sublime. “Se me han saltado las lágrimas. Los Ángeles revoloteaban por las bóvedas jugando al compás de la música”.

Todos los asistentes destacaron la excelente organización y dieron las gracias a la familia Bono Caraballo, al Reverendo Manuel Ángel Cano Muñoz (presidente de la Asociación Amigos del Órgano de Alcalá de Guadaíra) y al párroco de Santiago, el Padre Manuel María Roldán Roses, por haber hecho posible que el sueño de recuperar en Alcalá un órgano de la máxima categoría, se haya hecho realidad, contribuyendo a gloriar a Dios en las celebraciones a Él dedicadas y a incrementar la oferta y nivel cultural de Alcalá.

Fotografías: Curro Bono