El Padre del Barrio, el que siempre te visita

Por Cuaresma cruza fronteras insospechadas, alcanza límites que jamás visualiza cuando el barrio se inunda de celeste. En su vía crucis, el Señor del Soberano Poder realiza un recorrido serpenteante por las callejuelas íntimas y estrechas del barrio. Busca esos rincones inhóspitos en los que la presencia del Padre siempre es necesaria. Y no es motivo de disputa, ni siquiera de queja para esos cofrades amigos de buscar siempre fallos en lo bien hecho.

Del vía crucis del Soberano Poder no solo se debe destacar cómo visita estas partes “olvidadas” del barrio, sino también otro asunto que nos preocupa a veces en demasía a los cofrades: la cantidad de gente. Y es que este culto de la cofradía del Miércoles Santo se ha convertido en una cita ineludible para los cofrades, amén de unos hermanos que responden a la perfección ante cuanto necesita su Hermandad.

Antes de acabar un último apunte, la elección de acompañar al acto con las voces del coro del Dulce Nombre -algo que hiciera en otrora la Hermandad de la Borriquita con el vía crucis del Cristo de la Bondad- pone la guinda excepcionalmente.

Por cierto, si así de bien lo hacen en un culto anual, ¿qué no harán en 2015 cuando el Señor del Soberano presida el Vía Crucis de las Hermandades de Alcalá?