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Una Semana Santa de luz

Se pronosticaba un sol radiante para todos los días. Y el deseo se convirtió en suplicio en algún momento, como el Miércoles Santo, día en el que las incidencias en el cortejo nazareno de la Hermandad del Soberano se contabilizaron en más de la treintena. Una Semana Santa con hermandades que saben de lo que son capaces, con ganas de arriesgar y apostar por nuevas formas. Y si no, miren a los exornos florales de dos artesanos –y artistas- distintos: Juan Carlos Rubio y José Ramón Serna.

Alcalá, gozosa en las vísperas, calma sus ganas de cofradías en el barrio del Instituto y en el de las Beatas. El Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión se van consagrando como el punto de partida en el que comenzar a exprimir unos días que se pasan fugaces y así lo entienden los cofrades que buscan estos primeros pasos.

Los jóvenes de la Paz siguen en su empeño de evangelizar un barrio basto en extensión, y de ahí su recorrido. El estreno de la imagen de Judas Iscariote, sumado al olivo natural, dotó a la escena del sentido propio del misterio del Beso de Judas.

En San Miguel la cofradía sigue sumando. Llamada a aportar un misterio único en la Semana Santa, no solo de Alcalá, sino de la provincia, los de la Tercera Palabra hicieron su salida procesional bajo la atenta mirada de un buen número de cofrades, un hecho que se pudo palpar especialmente en la entrada. La incorporación de la Banda del Sôl tras el paso de misterio, un acierto y una apuesta segura.

Pertiguero del paso de misterio de la Tercera Palabra | Fran Baños
Luz de ilusión

El tópico está gastado, pero no por ello puede dejar de usarse. El Domingo de Ramos estrenamos ilusión, y la luz acompañó.

Por San Agustín los neófitos siguen sorprendiéndose en cada cartela estrenada. El trabajo de Encarnación Hurtado aporta y engrandece sobremanera la canastilla del paso de misterio. Otro nombre propio, el de José Ramón Serna. El florista adornó el paso de palio de la Virgen de la Oliva con una combinación arriesgada que no pasó desapercibida. El momento: La Virgen de la Oliva, patrona de la Policía Local, ante el cuerpo de policías de Alcalá en la Comisaría de Santa Lucía. Y el dato: 420 nazarenos. Récord histórico e inimaginable para la cofradía hace años.

En la Callejuela del Carmen se conmemoraba un cincuentenario, el de la hechura de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, y por ello el Señor lucía una nueva túnica. Regalada por los costaleros, la pieza estaba bordada en terciopelo morado y realizada en el Taller de García & Poo. Delicioso un año más el cariñoso saludo a los abuelos de La Milagrosa. Ellos, como pocos, necesitan de un rosario para orar.

Martes con ganas y calor

Sorprendió al cronista la cantidad de gente que esperaba a la Hermandad del Perdón en su salida de la Inmaculada. Las altas temperaturas no pudieron con un barrio que acompañó a esta Hermandad franciscana en los primeros compases de su salida. Alcalá tenía ganas de Martes Santo después de un año, el de 2016, aciago por la lluvia. El inicio del dorado, otra muestra más de que las hermandades, cuando trabajan y trazan los planes correctos, alcanzan cotas estratosféricas. El único punto negativo, la entrada tardía de la Hermandad, casi una hora después sobre lo estipulado.

La Virgen de las Angustias estrenó toca de sobremanto | Fran Baños
Y llegó la Caridad

El palio era de formas peculiares, como si de una muralla que protegiera a lo más valioso se tratara. Y de terciopelo azul. Así se construía el templo en el que los de Pablo VI pasearían a la Virgen de la Caridad por primera vez en una tarde de Miércoles Santo. Una primera vez llena de detalles de hermandad. La dolorosa de Miñarro iba ataviada con la saya de salida de la Virgen de la Esperanza, y su paso y el cortejo se llenaron de enseres de otras cofradías que engrandecieron este día histórico. Otro de los nombres que apuntábamos al principio, el de Juan Carlos Rubio, el florista en el que la Hermandad deposita su confianza, también arriesgó en las jarras del palio. Otro acierto.

De Caridad a Esperanza. En San Sebastián la bulla que acompañó a la Hermandad del Cautivo en buena parte del recorrido podía recordar a estampas pasadas. El paso de Cristo volvía a lucir, muchos años después, claveles rojos que dejaron a un lado los habituales lirios morados. Emotivas fueron las levantás de ambos pasos antes de salir, dedicadas al recordado Rafael Blanco, “el Salvador del Cachorro”. El contratiempo llegó en forma de rotura de dos de los varales del paso de palio cuando la Hermandad venía de vuelta. Accidentes que se solucionan sin mayores preocupaciones.

La Virgen de la Caridad en la Plazuela | Fran Baños
El clásico Jueves Santo

Siempre se busca lo mismo. Cuando todo va cuesta abajo, la quietud la pone la Hermandad de la Amargura. La rectitud silente rompe el sonido que en Alcalá no calla. Todos los Jueves Santos son iguales. Todos los Jueves Santos son distintos.

Advocaciones que se entrelazan en el día a día de los mortales, y que en ese jueves que reluce más que el Sol se deshacen al caer la noche. Cuando por Pérez Galdós solo la cera ilumina y la multitud se oculta, ese es el momento para apurar lo que se nos escapa de entre las manos.

Madrugá de plenitud

Con los ecos de lo que ocurre en Sevilla, la tranquilidad impera en nuestras calles. La madrugada del Viernes Santo se puede dividir en varios tramos si de público hablamos. Una primera parte, la de la salida, en la que hay quien espera horas para ver salir al Nazareno. Otra más tranquila, en la que acompañar el caminar del que llevan al Calvario, y por último la de la vuelta gloriosa.

En lo material, el dorado del frontal del canasto, uno de los grandes estrenos de la Semana Santa. Un paso que llevará la firma de numerosos artistas en todas sus fases, desde el diseño, pasando por el dorado y acabando, por ejemplo, en la policromía de la talla de la delantera que ya se puede ver.

A destacar el trabajo de los cuerpos de seguridad del Estado. En especial la labor aquel Policía Nacional que en la salida, junto al dintel, aplacó la impetuosidad de un grupo de adolescentes con más ganas de vivir la noche que los pasos.

El viernes y la Cruz

La Hermandad del Santo Entierro afinaba aún más el sentido de la estación de penitencia. Su cortejo de nazarenos entró en la Parroquia de San Sebastián para rendir culto a la Santa Cruz. Esto no lo entendieron las representaciones civiles, que pasaron de largo. No sabemos si por desconocimiento o por convicción. Menos mal que el representante de una joven cofradía anduvo listo y con su movimiento redireccionó el cortejo.

El morbo está servido para quien aún desea abrir heridas

Tres apuntes más. Primero. La Hermandad recuperó la figura histórica del “Pidón”. Ahora toca mantenerla y dejar que Alcalá llegue a entenderlos. Segundo. La cantidad de público que se echó a la calle en una tarde-noche sorprendía a propios y extraños. Tercero. El incidente con la corona durante la salida de la Virgen de la Soledad tuvo más de escandaloso que de grave. El morbo está servido para quien aún desea abrir heridas, pero no es motivo para empañar el trabajo hecho hasta ahora.

El epílogo histórico

«Tenían los capirotes muy grandes, con una tela negra que caía por delante y por detrás, sin capa, ni tampoco cola; ah, y solo miraban hacia delante». Sí, es una descripción muy básica de los nazarenos de la Divina Misericordia. El Sábado Santo estrenaba Hermandad y nazarenos. Aunque más importante lo segundo que lo primero, porque el título, como reconocía su hermano mayor, cambiaba poco la manera de funcionar de la corporación.

De Santiago y de nuevo con altas temperaturas salió una Hermandad que se desborda de detalles y que se convierte en un regalo para los fotógrafos. La cofradía ganó con los nazarenos, y Alcalá, ahora sí, empieza a entender lo que busca esta Hermandad en la calle. El regreso en la penumbra y el silencio roto por una saeta en Coracha pusieron el broche a una Semana Santa de oro.

Y la última llegó en San Agustín. Es una simple procesión parroquial, pero no pocos son los cofrades que se acercan a este cerro alcalareño para poner fin a la Semana Santa. No es más que una asociación de fieles en torno al Señor Resucitado, pero con el paso de los años han consagrado una tradición que iniciara el siempre recordado D. José Luis Portillo y que con tanta dedicación mantuviera el añorado Francisco Bice de la Rosa.

Y como llegó se fue. Con el sol bañando antifaces, cansando los cuerpos y permitiéndonos vivir el sueño que ya pasó. Ya queda menos de un año para el Domingo de Ramos de 2018. Disfruten de la espera.

Nazarenos de la Divina Misericordia por Juan Abad | Miguel Márquez