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La lluvia trunca el Vía Crucis de las Hermandades de Alcalá

La lluvia ha querido hacerse presente en el Vía Crucis de las Hermandades presidido por el Señor de la Oración en el Huerto y ha provocado que este culto de todas las cofradías alcalareñas se culmine en el interior de la Capilla del Carmen -y no en San Sebastián-, una vez que el agua apareció de manera persistente a la altura de la Plaza del Cabildo.

Todo se dispuso con absoluta normalidad y a las ocho se abrieron las puertas de la Capilla del Carmen para dejar pasar al cortejo de hermanos que antecedía a las andas. Pero una llovizna puso en alerta a todos cuando aún el cortejo discurría por la Plaza de Cervantes. Con la tranquilidad aún patente, el traslado siguió conforme lo previsto aunque sí lo hizo con una mayor celeridad hasta llegar a la Parroquia de Santiago.

Una vez en el templo, comenzaba el Vía Crucis y la normalidad era la nota dominante, aunque duraría poco.

La lluvia, en la calle Herrero

Culminándose la cuarta estación, aún con el cortejo metido en la calle Herrero, volvía la llovizna y la intranquilidad, aunque todo continuaría según lo previsto, al menos durante unos metros más. Y es que, una vez tomada la recta de Nuestra Señora del Águila, la lluvia se hacía más persistente y provocó que el Señor fuera portado en largas chicotás mientras las estaciones del vía crucis se rezaban sobre la marcha.

En una arriá cuando el Señor estaba a punto de alcanzar el entorno de la Plaza del Cabildo sería la última estación que se rezara con las andas en reposo. El incomensurable trabajo de aquellos que portaron al Señor en ese momento -costaleros en su mayoría- construiría una larguísima chicotá desde este punto hasta su sede canónica, la Capilla del Carmen, tomando la lógica decisión de no concluir en la Parroquia de San Sebastián como estaba previsto, evitando así un traslado posterior que complicara la situación posterior.

Vía Crucis marcados por el agua

Éste no es el primer Vía Crucis de las Hermandades en el que la lluvia se ha hecho presente. Ya en las primeras ediciones, en 2003 y 2004, la inestabilidad fue la nota dominante, especialmente en la edición de 2004, cuando el agua sorprendía al Santísimo Cristo del Amor durante el rezo en la calle, suspendiéndose éste para trasladar con celeridad a la talla del crucificado a San Sebastián, donde se concluirá con las estaciones restantes.

Del mismo modo, dos ediciones han tenido que suspenderse, la de Jesús Nazareno, en 2013; y la del Soberano Poder, en 2015, no llegando a salir las imágenes a la calle por mor de la meteorología.

Fotografías: Francisco Javier Baños