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Impugnado el último cabildo general de hermanos del Santo Entierro

No son buenos tiempos para la Hermandad del Santo Entierro, y es que la cofradía vive en un periodo convulso, que viene de lejos, y en el que varios hermanos ya han mostrado públicamente, y según su opinión, el desacuerdo con la junta de gobierno que rige la corporación.

Si, como decimos, estos movimientos contrarios al órgano dirigente no son nuevos, sí lo es la dureza con la que se han llegado a plantar. Buena prueba de ello fue lo ocurrido el pasado miércoles 26 de febrero en el cabildo general de hermanos que se iba a celebrar en la capilla de la Hermandad.

Decimos que se iba a celebrar porque éste al final no llegó a producirse, y todo debido a diversas irregularidades cometidas tanto en el proceso de convocatoria del mismo, como en la exposición de cuentas previa. Con éstas, fue el aún teniente hermano mayor de la cofradía quien explicó a todos los presentes cuáles habían sido los puntos por los que ese cabildo no podía llegar a celebrarse, declarándose «harto ya de tantas ilegalidades», y alegando también que «la Hermandad necesita rigor y respetar las reglas».

Así, con la mediación del director espiritual, Rafael Calderón, y a tenor de que lo denunciado allí, a priori, era cierto, la cita quedó suspendida entre el estupor y la indignación de unos hermanos que no aguantan una situación que algunos llegaron a tildar «de vergüenza».

Estos problemas no hacen más que alimentar esos rumores de peso, que aseguran que el Santo Entierro podría acabar siendo dirigida por una junta gestora o comisionado, cuya labor sería dirigir la Hermandad para que no ocurra lo que, según se denunció, viene sucediendo desde hace varios años.