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El Dulce Nombre descubre un recorrido íntimo para su procesión

La situación y las obras del entorno de la Plaza del Paraíso obligaron a la Hermandad del Dulce Nombre -como ocurrirá con María Auxiliadora- a buscar un recorrido alternativo para su procesión, algo que a priori pudo parecer traumático pero que a la postre ha sido del gusto de un buen número de cofrades que vio en la estrechez de las calles del itinerario el enclave idóneo para disfrutar del discurrir de la Virgen.

A las ocho comenzaba todo. El largo cortejo formado por los niños de comunión, las representaciones de distintas hermandades y de otros tantos grupos jóvenes, y de los angelitos  que anteceden a la Virgen llenaba el entorno de San Sebastián con celeridad. Tras ellos, la Virgen y, cómo no, ‘A mi Blanco Dulce Nombre‘ por la Banda de Alcalá.

A partir de aquí la primera parte de la procesión tuvo tintes similares a los de siempre, con el paso avanzando por San Sebastián mientras la tarde caía. Pero todo cambiaba al llegar a la Plaza del Barrero. Aquí, en lugar de tomar la calle Mairena dirección Plazuela, el cortejo tomó en sentido inverso, buscando la Plaza de la Almazara, para comenzar ese itinerario inédito para la procesión.

Y es que, ni el cambio de ubicación de la alfombra de sal, ni el paso por la empinada cuesta de Isaac Peral o el no poder disfrutar de la procesión por la Casa de la Virgen -como en la Hermandad llaman a su casa de hermandad- fueron óbice para que los hermanos y los cofrades disfrutaran de este nuevo recorrido, más íntimo que el de Mairena, Plazuela o Plaza del Paraíso.

Como siempre, especialmente intenso y lleno de emociones fue el momento en el que la Virgen cruzaba por el arco floral instalado por su grupo joven, trasladado para la ocasión a la calle Cristo del Amor. Un instante que se complementó con una espectacular petalada que desbordó de pétalos el paso.

Galería de fotos de la procesión de la Virgen del Dulce Nombre