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Crónica de los cultos de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento

Texto: Juan Jorge García | Fotos: Sección Adoradora, Rubén Díaz y Manuel Segura

Con gran solemnidad, la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía de Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento, colocada también bajo la advocación del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano, ha celebrado los cultos anuales que en la Octava del Santísimo Corpus Christi ofrece a honor y gloria de Jesús Sacramentado, primer Titular y razón de ser de esta Archicofradía.

Así, cada día del Solemne Quinario Eucarístico, que fue oficiado por el Rvdo. P. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, Vicario Parroquial de Santiago el Mayor, estuvo dedicado a diversas Comunidades y entidades con las que la Adoración Nocturna alcalareña tiene relación. El primer día, martes 8, se ofreció por las intenciones de la Comunidad de Siervas del Hogar de la Madre, establecida en el Santuario de la Patrona de Alcalá de Guadaíra, en pleno corazón del alcor que atesora la varias veces milenaria Historia de la ciudad; hermanas que, haciendo honor a su nombre, cuidan de la Madre con mayúsculas, la santísima Virgen del Águila Coronada, pero que tienen también un primoroso y diligente mimo hacia el Hijo de la Madre, que no es otro que Jesús Sacramentado.

El segundo día, miércoles 9, estuvo dedicado por las intenciones de la Comunidad de Misioneras de Acción Parroquial, instaladas en la parroquia de San Agustín, haciendo gala de un profundo sentido de Iglesia, irradiando la alegría del Señor en todas las actividades que corresponden a una parroquia. Y también ese día se aplicó por las intenciones de otra Institución implantada en la misma parroquia de San Agustín: la Asociación Parroquial de Fieles de Nuestra Señora, la Divina Pastora de las Almas. Una corporación que desde sus principios ha estado muy unida a la Adoración Nocturna de Alcalá, hasta el punto que sin su colaboración la celebración de la Fiesta y Vigilia Diocesana de las Espigas del año 2012, en el Octavo Centenario de la Fundación de las Hermanas Pobres de Santa Clara, no hubiera sido tan brillante, hecho por el cual, la Asociación fue nombrada “Adorador Honorario” de la Sección Alcalareña. Ese día, al finalizar el Quinario, como  prueba física de agradecimiento y de todo el cariño que une a las dos Corporaciones en la devoción al Santísimo Sacramento y a la Bienaventurada Madre de Dios en sus diferentes advocaciones, se entregó la Medalla de Honor de la Sección para que la porte la Sagrada Imagen de la divina Pastora, presea que ya se había ofrecido en aquella memorable Vigilia de Espigas, pero que se concretó en ese día de una manera solemne y oficial, como símbolo de unión entre ambas Instituciones.

El jueves 10, tercer día del Quinario, se aplicó por las intenciones de la Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, con larga presencia en nuestra ciudad, dedicadas a la docencia, en su antiguo Colegio de San José, en el que tantas generaciones de alcalareños se han formado, y también a la atención de los más mayores, en la Residencia de La Milagrosa, durante muchos años situada en la calle Sor Emilia, y últimamente en la calle Nuestra Señora del Águila, en el inmueble del antiguo colegio, dando gracias al Señor por la presencia de su carisma en Alcalá. Y en el Memento de Difuntos se recordó especialmente al hermano adorador D. Agustín Ballesteros Jiménez, que durante su vida dedicó gran número de horas a velar al Señor Sacramentado en la custodia, formando parte de ese grupo de alcalareños que mantuvieron viva la llama de la Adoración Nocturna, lo que hizo posible su revitalización en el año 1997 y que la Sección pueda continuar en la actualidad adorando al Santísimo Sacramento.

El cuarto día, viernes 11, estuvo dedicado por las intenciones de los costaleros, esos hombres que con su esfuerzo físico han colaborado con la Sección Adoradora de Alcalá: la cuadrilla que llevó el paso de Jesús Sacramentado a las plantas de la Santísima Virgen del Águila en la Procesión del Alba de la Fiesta y Vigilia Diocesana de las Espigas del año 2012, anteriormente referida. Y también por los integrantes de la denominada “Octava Trabajadera”, cuyos componentes siempre han estado dispuestos a colaborar cuando han sido llamados para manifestar su fe en Nuestro Señor Jesucristo.

Y el último día, sábado 12, la intención estuvo dedicada por la Asociación de Amigos de los Reyes Magos, que es Adoradora Honorífica de la Archicofradía alcalareña, en razón a que en sus fines está la Adoración a Jesús Niño, al que los adoradores y adoradoras veneran real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, pidiendo de forma especial para que continúen esparciendo la alegría y la ilusión cada año entre los alcalareños en su día grande, la tarde-noche del 5 de enero, así como las muchas otras labores caritativas que realizan durante el año. Ese día 12, festividad litúrgica del Inmaculado Corazón de María, en el transcurso de la Santa Misa, el celebrante, bendijo un corazón plateado, rodeado de estrellas y cabezas angélicas, ofrecido para que lo porte la Santísima Virgen en el pecho.

Todos estos cultos culminaron el domingo 13 de junio con la Función Principal de Instituto, estando oficiada la Santa Misa por el Rvdo. P. D. Juan Manuel Melgar González, SDB., Director de la Casa Salesiana de Alcalá y Capellán del Monasterio de Santa Clara, en el que radica la Sección alcalareña, y concelebrada por el Rvdo. Sr. D. Manuel Mª. Roldán Roses, Cura Párroco de Santiago el Mayor, parroquia a la que pertenece el Cenobio de las Hermanas Clarisas, que participaron en dicha Función, solemnizándola aún más con sus bellos cánticos. La intención de la Misa se dedicó por las dos Comunidades con los que la Sección Adoradora Alcalareña tiene más vinculación: las Hermanas Pobres de Santa Clara, y Los Reverendos Padres Salesianos, que desde 1997, año de la revitalización de la misma, han atendido a la Archicofradía, primero en su Capilla de Nuestra Señora del Carmen durante seis años, y desde 2003 aquí en el Monasterio de Santa Clara. Por todo ello, se pidió al Señor “que mande obreros a la Viña” en forma de numerosas vocaciones tanto sacerdotales como consagradas, para que ambas Comunidades puedan seguir, cada una con su carisma propio, sirviendo fielmente al Señor.

Llegado el momento, la Sección realizó la Protestación de Fe, de la forma acostumbrada, esto es, jurando por representación de todos los adoradores y adoradoras, el Presidente y dos miembros del Consejo Directivo. Además del juramento en todos los Dogmas y Misterios de nuestra Sacrosanta Religión Católica, se renovó el voto de “defender el milagro de la vida humana desde el primer instante de la concepción en el vientre materno, hasta que Dios nos llame a su presencia al final del camino”, en consonancia con las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, siendo este el decimocuarto año consecutivo que se realizaba.

Finalizada la Santa Misa, y dado que debido a las razones sanitarias por todos conocidas no se podría realizar la bellísima Procesión de la Octava con el Santísimo por el interior de los patios y Claustro grande del Monasterio, se procedió al rito de la Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, impartiéndose la bendición con Su Divina Majestad, entre el fervor de los asistentes.

El colofón a tan brillante jornada lo puso la entrega del nombramiento de Adorador Honorario al Rvdo. P. D. Juan Manuel Melgar González, SDB., a modo de despedida, dado que la Comunidad Salesiana dejará próximamente la ciudad, que no el Colegio, en correspondencia a las muchas atenciones que tanto él como los demás Padres Salesianos han tenido siempre para con la Adoración Nocturna, atenciones que han culminado con la composición de un bello himno a Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia, por parte del referido sacerdote, autor de letra y música, nombramiento que fue ofrecido con estas palabras: “Antes de que finalice esta Función Principal queremos agradecer, con estas breves palabras la presencia de la Congregación Salesiana en Alcalá durante tantos años, y también la dedicación y atención que han tenido siempre para con la Adoración Nocturna de Nuestra Ciudad, pues incluso en los años sesenta del pasado siglo XX hubo por parte del Señor Director una solicitud al Consejo Directivo de la Sección de Alcalá para formar un Turno de Adoración Nocturna en la Capilla del Carmen, que celebró vigilias al Santísimo Sacramento bajo la atenta mirada de María Auxiliadora durante algún tiempo en aquellos años.

                Queremos hacer patente al actual Director, el Rvdo. P. D. Juan Manuel Melgar González, nuestro agradecimiento a todos los Padres Salesianos que han pasado por la Casa de Alcalá durante estos ciento siete años. Y muy especialmente a él, que es además un músico excelente, queremos agradecerle el detalle que ha tenido componiendo un Himno para Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia, siendo al autor de letra y música; himno que van a cantar por primera vez las Hermanas Clarisas, siendo, por lo tanto, su estreno.

                 La pieza, cuando escuchemos su letra lo veremos, rebosa ternura y amor hacia la Santísima Virgen María, como no podía ser menos viniendo de un Salesiano. Su melodía es pegadiza y sencilla, elementos fundamentales para un Himno. La letra dice así:

Virgen Santa, Señora de los Ángeles,

Dulce Madre de Consolación,

llena de Gracia y de ternura:

imploramos hoy tu bendición.

 

En este valle de lágrimas

tus hijos vienen a Ti

para entregarte sus almas

llenas de amor y de fe.

 

Ante tus plantas venimos

soñando con tu favor.

Haz que este canto sea digno

de ver tu rostro de amor.

 

Virgen Santa, Señora de los Ángeles,

Dulce Madre de Consolación,

llena de Gracia y de ternura:

imploramos hoy tu bendición.

Agradecemos infinitamente a D. Juan Manuel esta bella composición, con la que permanecerá siempre en el recuerdo de esta Archicofradía, al tiempo que pedimos a la Santísima Virgen que le otorgue sus bendiciones.

En correspondencia, esta Sección Adoradora Alcalareña quiere tener siempre a D. Juan Manuel muy cerca, y por ello, le ofrecemos el nombramiento de Adorador Honorario, para que forme parte de esta Archicofradía.

Muchísimas gracias, D. Juan Manuel por esta muestra más de su inmenso amor a la Santísima Virgen María, que es Auxilio y Consuelo de los cristianos.

Tras la entrega del cuadro de recuerdo, con una bella fotografía de la Santísima Virgen, subrayado por el caluroso aplauso de los presentes, el himno fue estrenado por las Hermanas Clarisas, mientras se procedía a incensar la Imagen, según el rito acostumbrado.

Ya en la Sacristía tuvo lugar la firma del homenajeado en el Libro de Honor de la Archicofradía, como testimonio del nombramiento como Adorador Honorario, dedicando, además, unas bellas palabras tras la firma.

Bello colofón a la solemne celebración, dedicada a Cristo Eucaristía, que se quiso quedar transubstanciado en el trocito de Pan, su verdadero Cuerpo, y en el Vino, su verdadera Sangre, para permanecer junto a toda la Humanidad, a la que redimió con su muerte en la Santa Cruz, hasta el final de los tiempos.